Cornualles Inglaterra turismo e historia. Cuna de historias épicas, Cornualles es arte, cultura, gastronomía y paisajes sorprendentes. Situado en el extremo suroccidental de Gran Bretaña, el condado de Cornualles impacta al viajero por su personalidad.
Cornualles Inglaterra turismo e historia
Recorrer el condado de Cornualles significa reencontrarse con leyendas que nos explicaron de pequeños, perderse entre acantilados escarpados y amplias campiñas, dejarse llevar por la creatividad de artistas, y embriagarse con la tradición y la esencia de los pueblos costeros. Cornualles fue, seguramente, habitado por los romanos, aunque se la conoce más como nación celta.
De hecho, como curiosidad, aún conserva el cómico, la lengua originaria de los pueblos celtas europeos. También fue territorio de contrabandistas, que se dedicaron a mercadear con tabaco y brandi en los siglos XVIII y XIX. Y, hoy, las materias primas más valoradas del condado son el marisco y el pescado. Tanto es así que chefs británicos de renombre, como Jamie Oliver y Rick Stein, cuentan con restaurante propio en el condado de Cornualles.
En nuestra escapada al condado de Cornualles, no queremos perder la ocasión de probar platos típicos como la cornishparty, una empanadilla de carne y patata, y el bollo con clotted cream. Decidimos recorrer el condado de Cornualles siguiendo la historia y comenzamos en Tintagel.
Castillo de Tintagel
El castillo de Tintagel de estilo medieval impone, no solo por su majestuosidad sino por la leyenda que encierra. Fue en esta fortificación, situada en una península rodeada de acantilados en la que el verde y las rocas se entremezclan a la perfección, donde supuestamente nació el rey Arturo.
Asimismo, se cree que el castillo, que hizo construir el conde Ricardo de Cornualles en el siglo XII, se asienta sobre vestigios celtas. A pocos metros, pero en dirección contraria, hacia el mar, se encuentra una cueva. Pero no cualquiera. Se dice que perteneció al mago Merlín y que en ella Arturo fue formado por el sabio en las artes de un buen rey.
Podemos visitar, además, la planicie de Bodmin, en la que Mordred, el hijo ilegítimo del rey Arturo, le dio muerte. Aún en el norte, la historia nos lleva hasta Padstow, un pueblo desde el que cada mañana sigue zarpando una flota pesquera. Merece la pena dejarse llevar por la vitalidad de sus calles y pasear entre tiendas, bares y restaurantes.
Siguiendo la ruta y contagiados por esa alegría podemos llegar a Saint Ivés (St Ives Inglaterra), donde vamos al encuentro de la creatividad de los artistas locales. No en vano, la localidad marinera cuenta con una sede de la Tate Gallery y otra del Museo y Jardines de Esculturas Barbara Hepworth.
Monte Sain Michael Cornualles
Justo en la costa de enfrente esta el conocido monte Saint Michael. Otro baño de leyendas. La fortificación, construida en una isla a la que se puede llegar por un camino cuando la marea está baja o en un ferry, sirvió en su origen para el comercio, aunque en el siglo V pasó a considerarse como lugar de peregrinaje religioso después de que un pescador asegurara que San Miguel se le había aparecido en lo alto.
Se alzó entonces una abadía benedictina que fue cedida a los monjes del Mount Saint-Michel de Normandia. Actualmente, y desde el siglo XVII, la familia Saint Aubyn es la encargada de su gestión. Impresiona verlo iluminado de noche, además de acantilados espectaculares entre las olas y el espesor de una vegetación verde intenso, Cornualles cuenta con playas sorprendentes.
A menos de 10 minutos en coche de Padstow, se extienden siete largas playas y, hacia el oeste, en Porthcurno, se encuentra una de las playas más bonitas de la zona, de arena blanca y aguas turquesas. Los pueblos que bordean la costa también merecen una visita sosegada y curiosa.
Al oeste, como anclado en el tiempo, Mousehole conserva su esencia más marinera. Solo decir que, en 1930, el poeta Dylan Thomas dijo de la localidad que era la más encantadora de Gran Bretaña y, desde entonces, poco ha cambiado. Siguiendo la ruta hacia el este, nos asalta más historia Falmouth puede presumir de tener el puerto natural más grande de Europa occidental y de haber sido inicio o final de grandes gestas como las de Sir Francis Chichester.
Finalizamos nuestro viaje en un lugar mágico, en el Edén Project. que algunos consideran la octava maravilla del mundo. Grandes cúpulas futuristas situadas en un enorme cráter volcánico cerca de Saint Austell dan la bienvenida, y dentro de ellas, jardines botánicos recrean la biosfera de diferentes zonas del planeta. Un lugar para recordar no solo que formamos parte de la historia sino que somos responsables de ella.
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