La Provenza Francia, donde el turismo y la lavanda van unidos de la mano, un viaje en coche o bicicletas por estas tierras francesas en primavera y verano nos ofrece imágenes espectaculares y recuerdos imborrables.
[toc]La Provenza Francia – Turismo y Lavanda
Planea con tiempo tu viaje y disfruta de esta escapada porque en cuanto la primavera se despide del calendario llega el momento de subirse al coche y descubrir los espectaculares y románticos campos de lavanda en la Provenza, una de las estampas paisajísticas más hermosas de Francia.
Siempre es buen momento para disfrutar de los icónicos paisajes provenzales. Cada época del año tiene su encanto en este emblemático territorio francés salpicado de colinas, aldeas de montaña, viñedos, mercados gastronómicos, destilerías, granjas artesanales y espectaculares espacios naturales como Mont Ventoux y las gargantas del Verdón.
Sin embargo, a partir de junio visitar la Provenza se convierte en un imán para viajeros y artistas gracias a la floración de la lavanda, que tiñe de malva, lila, violeta y azul gran parte de sus valles y colinas. Y no solo colorea sus campos de lavanda. También los perfuma del característico aroma de esta planta, cuyas propiedades medicinales son conocidas desde tiempos remotos.
Cualquier paseo a pie o en bicicleta por la región -existe una nutrida red de senderos aptos para ambas opciones- se convierte en esta época en un auténtico deleite para los sentidos, sobre todo durante los meses de julio y agosto, cuando es habitualmente la epoca de floracion de la lavanda y alcanza su momento más espectacular. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ésta no es uniforme ya que los campos se extienden por amplias cotas de altitud, siendo las más altas y frías las zonas más tardías.
Viaje a la Provenza en coche
Un buen punto de partida en la exploración de la ruta de la lavanda en la Provenza es la ciudad de Aviñón, donde se encuentra el espectacular Palais des Papas, el palacio gótico más grande del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tras disfrutar del encanto de la ciudad -es recomendable dedicarle un par de días-, la ruta prosigue hacia Mont Ventoux, la cumbre más alta de la Provenza, privilegiado mirador sobre los campos de lavanda circundantes y mítica subida en el Tour de Francia.
Si es viernes, por el camino conviene parar en Carpentras uno de los pueblos mas bonitos de la Provenza para curiosear entre los puestos de su mercado semanal, uno de los más destacados de la Provenza. Después de llegar a Le Chalet Reynard -desde donde parte un sendero de poco más de cinco kilómetros hasta la cima- una curvilínea carretera conduce durante 26 kilómetros hasta Sault y, un poco más allá, hasta Ferrasiéres, la capital de la lavanda azul.
El primer domingo del mes de julio se celebra aquí el un festival tradicional en torno a esta plaza. No es el único. Durante julio y agosto toda la zona va celebrando sus respectivas citas en torno a la cosecha, como Valensole (tercer domingo de julio) y Sault (15 de agosto).
A unos 30 kilómetros de ésta, se encuentra la abadía románica de Sénanque, una de las imágenes emblemáticas de la Provenza gracias a los campos de la lavanda que la rodean. En la tienda de la abadía se venden aceites esenciales y jabones artesanales aromatizados, como también en el cercano pueblo de Gordes que, encaramado sobre la roca, vigila los campos florecidos de la meseta de Vaucluse.
Que ver en la Provenza
El valle de Luberon, donde también son protagonistas viñedos y frutales, sigue tiñendo de tonos violáceos la ruta. El viajero encuentra algunos de los pueblos de la Provenza con encanto y enclaves tan bonitos como Roussillon y St. Saturnin-lés-Apt, o la meseta de Claparédes, donde además de campos de lavanda asoman por el camino las localidades de Saignon y Buoux.
Más allá de los Montes de Luberon, y continuando en dirección a Grasse, la capital del perfume (también recreada en la popular novela El perfume), vale la pena parar en Forcalquier, la principal localidad de la zona y donde cada lunes se celebra un mercado con nutrida oferta de productos ecológicos.
De aires bohemios, es una buena base para perderse por las carreteras secundarias de esta parte de la región, que guarda en la meseta de Valensole la mayor concentración de campos de lavanda de la Provenza. Sin olvidar que a menos de 50 kilómetros del pueblo homónimo se encuentran las gargantas del Verdón, un espectacular barranco apodado “el gran cañón de Europa”, que merece ser explorado con calma.
La Provenza en bicicleta
La región de la Provenza ofrece una amplia red de senderos ciclistas, lo que permite al viajero descubrir sus paisajes más hermosos a ritmo de pedal. El destino atrae a aficionados de nivel avanzado que van en busca de las ascensiones que conducen al Mont Ventoux, pero también a familias y visitantes que recorren sus llanuras y caminos sin dificultad.
De todas formas, la mayoría de las empresas de alquiler de bicicletas de la Provenza ponen a disposición de los clientes modelos eléctricos, cuyo impulso son de gran ayuda cuando llegan las colinas. En la web www.moveyouralps.com, elaborada por la Asociación Gran Travesía de los Alpes, se proporciona información sobre rutas, empresas de alquiler y tours guiados.