Tailandia con niños – Si se busca un destino exótico a la medida de los niños con playas, montañas, elefantes, llamativos templos y animados mercados, Tailandia es perfecto, hay algo para todas las edades. Además, los tailandeses sienten debilidad por los pequeños de la casa.
os pequeños se convierten en celebridades nada más aterrizar, y los tailandeses enseguida les brindan atenciones. Pero las grandes estrellas son los bebés, capaces de transformar a ariscos taxistas en adorables «tíos». De llevar a un pequeño en los brazos, los vendedores de los puestos de comida suelen ofrecerse a sostenerlo mientras los papás comen, e incluso lo presentarán a sus vecinos.
A cierta edad los niños desarrollan una especie de ansiedad ante los extraños que choca con lo dicho anteriormente. A quienes piensen viajar a Tailandia con niños en edad preescolar se les recomienda ceñirse a los centros turísticos en lugar de desplazarse a lugares remotos donde los extranjeros, en especial los niños, llaman mucho la atención.
Los más mavorcitos son objeto de menos atenciones, pero pueden ponerse nerviosos con el caos típico de las ciudades. Una buena idea es dar protagonismo a los hijos en la planificación: que lean el mapa, establezcan algún itinerario o lleven las botellas de agua: así se forjan futuros viajeros. Las ciudades tailandesas pueden ser claustrofóbicas. y el calor puede hasta limitar la actividad física. Un hotel con piscina es una buena solución.
Mejores destinos para viajar a Tailandia con niños
- Costa oriental y Ko Chang
Aguas donde nadar sin peligro y una bajamar ideal para buscar y ver conchas. A los no tan niños les encantará el interior selvático, el campamento de elefantes y remar entre los manglares.
- Sur del golfo
Hua Hin tiene un largo litoral arenoso y templos cimeros repletos de monos.
En las cuevas-santuario de Phetchaburi hay murciélagos.
- Ko Samui y el bajo golfo
Los chavales de cierta edad pueden bucear en Ko Tao. Ko Samui, y especialmente las playas del norte, es estupenda para ir con bebés, mientras que Hat Chaweng es ideal para adolescentes.
- Phuket y la costa del Andamán
En Phuket hay numerosas atracciones (desde parques temáticos hasta escuelas de surf), aunque conviene apartarse del ambiente festivo de Patong. La costa está salpicada de islas donde las familias se deleitan junto al mar.
- Chiang Mai
Durante las vacaciones estivales europeas la ciudad se llena de familias que traen sus hijos para que conozcan los templos, monten en elefante o pedaleen por la ciudad.
Imprescindible
Los niños disfrutarán de las playas, ya que la mayoría son de aguas tranquilas y poco profundas. Cuanto más al sur. más transparente es el agua. Las bahías suelen tener arrecifes delante y es fácil encontrar peces que se acercan a curiosear. En Tailandia abundan las atracciones con animales, aunque las instalaciones suelen ser peores que en Occidente.
Chiang Mai es la capital de los elefantes: allí los turistas pueden montarlos, bañarlos y aprender sobre ellos. Muchos centros turísticos de playa, como Phuket y Ko Chang también ofrecen la oportunidad de ver animales salvajes. Lopburi está invadido de monos que provocan todo tipo de situaciones caóticas.
A los ya no tan niños les encantarán las actividades al aire libre: senderismo. tirolina. rafting en balsas de bambú, etc. Chiang Mai. Kanchanabun las playas del sur y los centros turísticos del norte disponen de una amplia oferta para familias.
Bangkok es ideal para quienes les fascinen las obras, ya que está repleta de grúas y camiones. La capital tiene además el BTS (tren aéreo) y centros comerciales llenos de escaleras mecánicas. La enorme oferta comercial de la ciudad atrae tanto a niños como a adolescentes. En Bangkok los niños pueden nadar con delfines o se puede organizar una excursión de un día para visitar el famoso templo los tigres que se encuentra en Kanchanaburi.
Desplazarse por Bangkok también puede ser divertido. Los aficionados a los trenes no querrán perderse la oportunidad de embarcarse en un viaje nocturno en un coche-cama. Podrán pasear por el tren y dormir en las literas inferiores, con vistas de las estaciones.
Los templos pueden ser otro atractivo a la hora de viajar a Tailandia con niños . Ir a los que están en las colinas, ver sus monos y sus cuevas-santuario, es un modo estupendo de quemar energía.
También les atraerá el ritual de las ofrendas budistas, consistente en encender incienso, hacer la reverencia y pegar papelitos dorados en la imagen central. Los templos cuentan con una zona donde se predice el futuro a partir de un recipiente de bambú lleno de palitos numerados que se ha de agitar hasta que cae uno. El número corresponde a una buenaventura escrita en un papelito.
Una variante consiste en depositar un donativo en un bote (en algunos casos en una máquina expendedora), correspondiente al día de la semana en que se haya nacido, y posteriormente, retirar el papelito con la buenaventura.
En Tailandia prácticamente no hay nada adaptado para los niños (sillitas para vehículos, tronas en los restaurantes o soportes para cambiar pañales en los baños públicos), por lo que los padres deben espabilarse. Los pequeños supermercados y las tiendas 24 horas de las prmcipales poblaciones venden leche infantil en polvo y pañales, aunque las tallas suelen ser diminutas.
Para una talla 3 o superior habrá que ir a un supermercado tipo Tesco Lotus. Big C o Tops Market. Las farmacias venden pomada para pieles irritadas. El simple hecho de desplazarse puede suponer todo un reto si se tiene en cuenta que las calles suelen estar demasiado abarrotadas como para empujar un cochecito.
Lo mejor es llevar una sillita que pase por entre las bocas de incendios y los carritos de mangos, y que se pueda plegar y meter en un túk-túk (triciclo motorizado). Una mochila portabebés también es muy práctica, aunque habrá que asegurarse de que la cabeza del pequeño no sobresalga por encima de la del que la lleve, pues abundan los obstáculos bajos.
La comida en Tailandia suele ser el típico motivo de preocupación para los padres, pues además de los gustos particulares de cada uno hay que estar atento al picante. Afortunadamente, a los niños tailandeses tampoco les dan chilis. y hay un puñado de opciones que todo el mundo recomienda. Con el calor que hace, conviene no olvidar hidratarlos bien, con agua y zumos, cocos frescos o zumo de lima (que les encanta).
- kái jee o (tortilla): aunque más aceitosa que la francesa, es una opción segura que no pica, en restaurantes o en puestos callejeros,
- gái yáhng/tórt (pollo frito): típica comida callejera.
- ków née o (arroz glutinoso): irresistibles hidratos de carbono para acompañar el pollo frito que se vende en los mercados.
- gái pát mét má-móo-ang (pollo salteado con anacardos): de sabor suave: popular en los restaurantes.
- ków man gái (arroz con pollo de Hainan): plato popular que se vende en locales especializados por la mañana y por la tarde.
Salud y seguridad
En general, a la hora de viajar a Tailandia con niños no hay que preocuparse demasiado, aunque se debe insistir en lo de lavarse las manos. Los tailandeses acostumbran a bañar a los niños al menos dos veces al día. y luego les ponen polvos para evitar la irritación de la piel con la humedad; los extranjeros deberían ducharse al menos una vez al día.
Una de las recomendaciones para viajar a Tailandia con niños es que los pequeños que no deben jugar con los animales, ya que la rabia es bastante común y algunas mascotas tienen mal genio. El dengue preocupa cada vez más en Tailandia, y durante la estación húmeda del 2013 los niveles de infección alcanzaron el máximo de los últimos 20 años.
También hay que evitar las picaduras de mosquitos (tarea complicada). Es fácil encontrar cremas con un 12% de DEET. En caso de picadura, se encontrarán diferentes bálsamos para combatir el picor y la inflamación. A su vez. se recomienda tener presentes todas las precauciones habituales en materia sanitaria.
Quienes estén acostumbrados al entorno urbano tendrán mucho a su favor en las ciudades tailandesas, donde el tráfico es caótico y las aceras están siempre a rebosar. Las ciudades son muy ruidosas y pueden acarrear una sobrecarga sensorial. Hay que asegurarse que todos entienden las normas de seguridad básicas de circulación, pues resulta difícil atender a todas las indicaciones entre el tráfico y el ruido de la calle.
Viajar a Tailandia con niños puede ser toda una experiencia inolvidable para los más pequeños de la casa y para nosotros también al realizar un largo e interesante viaje juntos y disfrutar de una vacaciones en un país tan exótico y atrayente como es Tailandia.